No intentéis detenerme
no ahora
ni así
porque estoy loco –eso decís–
y no atiendo a razones
porque estoy harto de gritar desde
la sombra agarrándome con
fuerza el corazón para que no
salga desbocado y me
delate
ya me he cansado
de arrojar lágrimas a las alcantarillas
y tener que excusarme por llevar una sonrisa
en los labios
así que no me toquéis los cojones y
tened cuidado
tengo la palabra
y no hay arma más poderosa que esa
Javier Belinchón, de su blog (Tinta en las manos)
Hace 2 horas