
Es una película sobre la familia. Y la he disfrutado mucho. A ratos me ha hecho reír, a ratos me ha hecho sufrir. Uno se identifica con varios de los pasajes del filme de Rémi Bezançon, porque relata la historia de una familia a través de algunos de los días más importantes de sus vidas: el día en que el hijo mayor se va de casa, el día en que la hija pierde la virginidad, el día en que la madre advierte que está envejeciendo y piensa en recurrir a la cirugía, el día en que muere un familiar, el día en que se rompen las relaciones, el día en que todo cambia...
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Como dice uno de los personajes, un cirujano plástico: Cuando la gente entra por esa puerta, creen que tengo la máquina del tiempo. Pero lo cierto es que las cosas nunca vuelven a ser como antes. Sus esfuerzos para ser una familia completa y unida, igual que antaño, pueden dar fruto a corto plazo; sin embargo, todos lo sabemos: esa situación no es duradera.
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Uno de los aciertos de El primer día del resto de tu vida es el modo en que está rodada: por capítulos, con buen ritmo, con una BSO impecable. Es como Los Tenenbaums, pero en francés. Tiene un sólido reparto, bastante equilibrado. Para reír y llorar.