martes, junio 02, 2009

Corazón de viajero

Hoy, a las ocho de la tarde, en la Biblioteca Pública de Zamora, un buen colega, Ángel Petisme, presenta su nuevo libro: “Cinta transportadora”. Este poemario ganó el VII Premio Internacional Claudio Rodríguez y lo ha publicado hace poco Hiperión. A mí me parece una de sus mejores obras. Ya en la primera página nos embarcamos en rutas alrededor del mundo en las que mi tocayo demuestra su espíritu de viajero continuo: “Mi corazón es una tarjeta de embarque”. Tarjetas de embarque, aeropuertos en cuyas cintas transportadoras su corazón es una maleta que gira sin que nadie la reclame, jet lag, overbooking, las notas de la moleskine, el apunte rápido, lugares como Berlín, Praga, Bagdad o Kenia, alegría por vivir y por ayudar al prójimo. Poemas que suenan a música, como estos versos: “Por las callejuelas del bajo puerto / las rachas de viento sur vuelven a musitar: / El corazón es extranjero, / todo lo perdió en Valparaíso. / En los antros y tabernas del puerto / viejos lobos de mar bailan / con muchachas de miel criolla, / rubios grumetes del Báltico / flambean con vodka su desarraigo, / negros fornidos del Canadá / le echan un pulso a la tristeza / mientras apuestan y se sonríen / los pequeños nipones de un barco factoría”. El libro contiene, también, anotaciones y poemas en prosa.
Mientras escribo estas líneas, escucho su disco “Éxitos secretos”. No es pirata, no me lo bajé de internet. Lo compré el año pasado, durante una presentación en un garito de Carabanchel. Ángel Petisme tocó allí y luego, a última hora, cuando todos llevábamos ya una curda de espanto, le echamos una mano con la guitarra y demás equipaje propio del músico. Espero comprarme estos días su nuevo disco: “Río ebrio”. Así que estos días Ángel tiene una especie de gira doble, ya que promociona un disco y un libro. Una de mis canciones favoritas de “Grandes éxitos” es “Los olvidados”, homenaje evidente a Luis Buñuel que arranca así: “Nosotros somos los olvidados, / somos los perros abandonados, / esos recién nacidos en los containers / o el viejo que hay tirado en la gasolinera”, y además incluye un libreto de cincuenta y tantas páginas donde músicos, escritores y poetas hablan de sus temas preferidos.
El domingo pasado firmó ejemplares de “Cinta transportadora” en la Feria del Libro de Madrid y estuvimos charlando allí, comentando su viaje a mi ciudad. Petisme me presentó, luego, sentados en una terraza, a Luis Farnox (más conocido como El Mecánico del Swing), que acaba de publicar el libro “Memorias de un hombre orquesta”. Creo recordar que, en los noventa, bailé (mucho y mal, porque soy el peor bailarín de España y parte del extranjero) su canción “Armónica de blues”, que nos daba mucho ritmillo en los garitos zamoranos y en las fiestas privadas. Me parece que Ángel volverá a Zamora en verano, no recuerdo si en julio o agosto, para tocar con su banda. De modo que hoy es una oportunidad para escucharlo recitar y, en verano, para oír sus canciones en directo. Y para conocerlo. Se trata de un tipo accesible y directo, alguien que no va de divo a pesar de su amplia discografía y bibliografía. Todo esto lo digo porque, en mi tierra, muchas veces se anuncian poco los eventos y la gente se pierde actos que merecen la pena. Termino con un fragmento de su texto “Bagdad”: “Por muchos zarpazos que el uranio, la codicia, el fuego, el hambre, las bombas, los beneficios de la guerra le den, la grandeza derribada de este pueblo es infinita. Hombres, mujeres, niños que vuelven de la muerte para llenar los mercados, las calles, las escuelas de Iraq. No se oyen más que lenguas ensangrentadas”.