viernes, mayo 22, 2009

Yilmaz Güney

En uno de los artículos recogidos en su libro “¡Vida mostrenca! Contracultura en el infierno postmoderno”, Jordi Costa menciona al actor, guionista y realizador kurdo Yilmaz Güney. Rápidamente mi memoria se activa y recuerda el nombre. Y su película más célebre, con la que obtuvo la consagración y la Palma de Oro del Festival de Cannes: “Yol (El camino)”. De niño veía todas las películas, y eso significa que veía las obras maestras, los bodrios, la serie B y la serie Z, y mucho cine no americano (casi siempre subtitulado). Entre esos filmes hubo obras memorables, como “El árbol de los zuecos”, “Papá está en viaje de negocios” o la citada “Yol”. De esta última recuerdo sobre todo el afiche: un hombre barbudo, tocado con gorra y con la cabeza cubierta por una capucha o quizá un pañuelo, y detrás una mujer abrazada a su cuello, como si la llevara a cuestas; y la mujer lloraba. Y no olvido la nieve. También me acuerdo del cartel de “El muro”, lleno de golfillos llagados; fue la última de Güney.
Vi “Yol” en su día, en Zamora. Cuenta la historia de varios presos a los que se les concede un permiso para ver a sus familias durante unos días. La película narra esa odisea para llegar hasta sus seres queridos, si mal no recuerdo. Lo que ignoraba y descubro años después, gracias al caudal inagotable de datos que destila el libro de Jordi Costa, es que Güney fue primero actor de serie B, metido en películas baratas que eran el equivalente al spaghetti western del cine italiano y español. Lo que no sabía, tampoco, es que Güney dirigió “Yol” desde la cárcel, dándole instrucciones a su colega Serif Gören. Y eso me parece asombroso, algo digno de recordar en la historia del cine, y sin embargo hoy nadie recuerda estas películas. Ni siquiera están editadas en dvd y aquí sí, aquí tendremos que recurrir a la mula para volver a verlas.
Me meto en internet y busco datos sobre su vida. Quiero saberlo todo. Quiero saber por qué estuvo en prisión, quiero saber cómo dirigió la película, quiero saber cómo pudo escaparse de una cárcel turca en el ochenta y uno y participar en el montaje final de “Yol”, quiero saber cuál fue la causa de su muerte en el exilio, en París, cuando aún no había cumplido cincuenta años. Dos artículos de El País ofrecen respuestas. Güney escribió una novela, “La incongruencia de los tres desconocidos”, inédita en España, “que le valió ya su primera condena por presunta propaganda comunista” (El País, 24 de noviembre del 82). En el mismo artículo, escrito por Diego Galán, leemos estas declaraciones de Yilmaz: “Sufrí varias detenciones más. Una, por ayudar a estudiantes que favorecían la independencia del pueblo turco; otra, por participar en una reyerta en la que murió un juez fascista. Aunque nunca pudieron probar mi culpabilidad en esa muerte, fui condenado a dieciocho años de cárcel. Pero no detuve mi actividad cinematográfica: escribía guiones, los dibujaba plano a plano, hablaba con los actores y daba instrucciones muy precisas a mis ayudantes, que se encargaban de filmar lo que les indicaba”. También dice: “La base documental de mis películas es la propia vida, mi vida y la de quienes conozco. Lo esencial no consiste en buscar temas nuevos, en mostrar lo nunca visto, hacer lo nunca hecho. Se pueden hacer muy bien cosas que ya se han tratado centenares de veces, y encontrar una nueva mirada, una nueva forma de contarlas”. Es una proeza soportar el encierro en una prisión turca, dirigir desde dentro una película que gana varios premios y escaparse para estar presente en el montaje y en su pase en Cannes. Hoy, sin embargo, todos hemos olvidado a Yilmaz Güney (salvo Jordi Costa). Que alguien rescate sus obras en dvd, por favor.