sábado, mayo 09, 2009

Precuelas

Han estrenado “X-Men Orígenes: Lobezno”. Estuve a punto de ir a verla, pero en el último momento me dio un ataque de pereza. Me encanta el personaje y me gusta el modo en que Hugh Jackman lo interpreta. Pero aceptemos la verdad: se trata de lo que llaman una precuela, es decir, el pasado de un personaje o varios o de una trama que ya conocíamos mereced a otra obra. Y las precuelas no siempre funcionan. Ni artística ni comercialmente, aunque “Lobezno” se haya convertido en un taquillazo (una de las escasas excepciones a la regla).
En su sesudo y esclarecedor ensayo, “Homo Sampler. Tiempo y consumo en la Era Afterpop”, Eloy Fernández Porta habla de este tema de las secuelas y las precuelas (página cincuenta y nueve del libro). Conviene que lo sigamos. Dice Eloy que “la lógica cinematográfica posmoderna se organizaba a partir de secuelas, entendidas como explotation financiera de un relato”. Un par de líneas más adelante apunta: “En cambio, la lógica de la narración UrPop reapropia ese modelo en la precuela, cuya fórmula es muy otra: en este caso los beneficios que generó la película se invierten en un nuevo relato que es salto atrás, revelación obscena de los inicios -que puede prolongarse hasta el infinito. Arruinarse haciendo la precuela de Godzilla: ése sería el gesto UrPop por excelencia; una historia de la catástrofe y la violencia del pasado que, fundada en los beneficios del relato anterior, llevara a la bancarrota a sus autores”. Lo de la bancarrota es cierto. Los estudios apuestan todo por las precuelas y luego se estrellan en taquilla. A menudo las precuelas son ignoradas. Pasan más o menos desapercibidas. O no ingresan lo que los productores esperaban. Ahí tenemos películas que nunca superaron ni en críticas ni en ingresos ni en alabanzas del público a sus predecesoras: “Hannibal: el origen del mal”, “La matanza de Texas: el origen”, “Los primeros golpes de Butch Cassidy y Sundance”, “El Rey Escorpión”, las dos precuelas de “El exorcista” y la de “Atrapado por su pasado” (estrenada directamente en dvd), por citar algunas. El caso más célebre de las precuelas ya lo conocemos todos: los primeros episodios de “La guerra de las galaxias”. Pese a sus ingresos, sabemos que jamás estuvieron a la altura de los capítulos cuarto, quinto y sexto, o sea, los clásicos, los de siempre. Tal vez una precuela digna sea la de “Star Trek”, pero esta es una opinión muy particular porque a mí no me gusta la saga original y, visto el trailer, parece que le han dado un nuevo enfoque, más aventurero y menos intelectual. Ésta sí iré a verla.
Aceptemos más evidencias: ya no se trata de seguir el desarrollo de un personaje a la inversa, sino de ver a los mismos actores de las primeras películas. La gente quiere ver a Anthony Hopkins haciendo de Lecter, no a un tipo rubio y casi desconocido (en “el origen” de marras). En las precuelas de “Star Wars” nadie reunía el carisma de Harrison Ford, salvo quizá un desaprovechado Samuel L. Jackson. En la mencionada “Los primeros golpes…” faltaban Redford y Newman. El origen de un personaje y su pasado funcionan en literatura, donde uno deja volar la imaginación y “ve” a los protagonistas rejuvenecer. En cine suelen poner a otro actor o lo maquillan para que parezca que tiene menos años, y eso resta puntos a la credibilidad. Y aún hay algo más interesante que va en contra de la precuela: es más atractivo un tipo experimentado, un poco de vuelta de todo, con la mili hecha, que alguien que parte de cero. Preferimos a Lecter de mayor antes que de cachorro. Es más sabio y más zorro el viejo Hannibal. Imaginen una precuela de “Grupo salvaje”. A nadie le interesaría.