![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiMrwk_XX3xBkP6ZIrAJqw2EgKSsprigd6Xipsz628q5EBIW0zFROprZ-DDA00o8W_dnYCJiCzQKPYdDnb7-JEHEu1Mq6pz_SWdbZymPIgIbrHgxW1LeHbxPM3wz9lJGqtElgSxKg/s320/mapa.jpg)
Todos los días acompañaba a sus hijos al colegio y luego se iba a escribir a una lavandería, para que, en caso de que alguno regresase de forma imprevista, no lo encontrase en casa sin hacer otra cosa que escribir o beber. Su época no permitía ese tipo de ocio en los hombres. Sin embargo, en el hogar de los Cheever era la esposa quien trabajaba, mientras él intentaba vivir de sus cuentos o de sus novelas. Había tardado mucho tiempo en encontrar su propio mundo y cuando dio con él todavía le costó unos años dotarlo de una forma lo bastante correcta. Antes había buscado inspiración y maneras en los espacios abiertos, en la épica y en cierta grandilocuencia de la literatura norteamericana; luego se conformó con cosas más pequeñas.