La pintura de Lluís Ribas implica una celebración de la vida (y por ello la hemos hermanado con la poesía del gran Jorge Guillén), que en esta ocasión también podríamos señalar, pero haciendo constar que en ella está también ahora el retrato de sus sombras, sus miedos, sus confusiones, sus temblores y estremecimientos. De ahí las comentadas posturas en que están los cuerpos en estos cuadros, que pueden hacernos recordar unas declaraciones del pintor: “Yo disfruto con los cuadros complejos, los que me plantean problemas de escorzos, de proporción, con los juegos de la luz y del color”.
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