Un par de meses atrás, curioseando por las páginas web de las editoriales para ver las novedades, encontré en El Tercer Nombre un libro que atrajo en seguida mi atención. Su título, “Colgados en Murder Mile”. Su autor, Tony O’Neill, un tipo que no me sonaba de nada. Las primeras líneas del argumento me convencieron: “Tras agotar sus recursos en los barrios de Los Ángeles, un yonqui y su mujer se mudan a la Murder Mile londinense, la zona más peligrosa y corrupta de la ciudad”. Me gustan las obras con personajes metidos dentro del abismo, como los sufridores de “En mil pedazos”, “Candy” o “Yonqui”. Quise comprar la novela, pero no me fijé en la fecha de publicación: mayo de este año. Así que lo apunté en mi lista de libros pendientes. Y teniendo presente que no sabía quién era Tony O’Neill.
Esta semana, buscando noticias culturales en la prensa, di con un reportaje de Abc en el que hablaban de algo nuevo: una Generación Offbeat. Según el periódico, “un nuevo grupo de escritores anglosajones con sede en internet que está revolucionando la industria editorial”. Y ahí estaba, entre ellos: el nombre de Tony O’Neill. Hablaban del libro sobre Murder Mile y su próxima publicación, e incluían una entrevista con el autor. O’Neill estuvo enganchado a las drogas y entonces leyó los libros de Dan Fante y supo que quería escribir, aunque su lectura de cabecera es “El almuerzo desnudo” de William S. Burroughs. De Dan Fante dice: “Es el escritor que mayor influencia ha ejercido en mí”. Para quien no lo sepa, Dan es el hijo del maestro John Fante. Un autor que, pese a esa influencia en este y otros muchos autores, permanece inédito en España. No será por mucho tiempo. Como conté hace poco en mi blog, un escritor amigo, Francesco Spinoglio, italiano afincado en España a punto de publicar nuevo libro, me ha hablado en varias ocasiones de Dan Fante: de la devoción por sus obras y de su amistad con dicho autor. Si no me falla la memoria, Francesco incluso pudo conocer a Dan en persona. Y Fante le ha dicho que en breve empiezan a publicar sus libros en castellano. Ya era hora. El año pasado, más o menos por estas fechas, descubrí que una editorial anunciaba la publicación de “Tocando fondo”, una de las novelas de Dan Fante. Pero nunca más se supo. Incluso escribí a los editores, preguntándoles si de verdad editarían el libro. Y me respondieron que, de momento, se había suspendido la publicación, pero no la descartaban en el futuro. Ni yo ni Francesco sabemos cuál será la editorial que traiga a Fante. Permanecemos a la expectativa.
Tras leer lo de O’Neill encontré un artículo de Manuel Hidalgo en el que éste, dos años atrás, mencionaba a Dan Fante al hablar de las novelas de su padre. Y contaba algo que yo desconocía: que aquel detestaba que se relacionara a John Fante con Charles Bukowski. Éste fue, en gran medida, el autor que logró que se rescatara del olvido su nombre, empezando por su maravillosa novela “Pregúntale al polvo”. Hidalgo apuntaba que el hijo niega las conexiones temáticas y estilísticas entre ambos autores. A mí me gustan los dos, Fante y Bukowski, pero admito que, si tuviera que elegir, me quedaría con el primero. Estoy de acuerdo en esas diferencias. Su literatura, aunque parte del realismo, es muy distinta. Creo que la mejor definición de esa diferencia me la dio otro amigo, David González: me dijo algo del estilo a que Fante tiene piedad por sus personajes y Bukowski carece de ella. Yo creo que se puede admirar a los dos escritores sin tener que renunciar a ninguno.