En una narración autobiográfica en un 95% (lo afirmó el autor en la prensa), Tran nos cuenta la vida en los pisos de protección oficial de las afueras de Lyon durante los años 70, 80 y 90. Violencia, crueldad animal, soledad del protagonista que sueña con matar gente, maltrato por parte de su madre, ausencia del padre, miseria, masturbaciones agresivas, vacío interior, una vida hueca (A menudo lloro en mi cuarto, donde paso toda la noche envidiando la vida de los otros que observo por la ventana). Lo más interesante es cómo Tran lo cuenta: breves fragmentos de frases cortas, desordenados cronológicamente, que van directos al estómago. Una muestra:
El papá de la abuela era alcohólico. El papá de la abuela hizo la guerra de los Balcanes. El papá de la abuela le pegaba a todo lo que se movía en la casa. La abuela cree que los hombres beben y que son violentos. A la abuela no le gustan los hombres. El marido de la abuela murió tres años antes de que yo naciera. Estropeó el mayo del 68 de mamá.