viernes, noviembre 14, 2008

Gomorra, de Roberto Saviano


Duro y brutal. Un fragmento:
Si alguien te ofende, si te trata mal, está cometiendo una injusticia; si, en cambio, te reserva un trato de favor, te hace justicia. Observando los poderes del clan, hay que ceñirse a estas categorías. A estos criterios de valoración. Son suficientes. Deben serlo. Esta es la única forma real de valorar la justicia. El resto no es más que religión y confesionario. El imperativo económico está modelado por esta lógica. No son los camorristas los que persiguen los negocios, son los negocios los que persiguen a los camorristas. La lógica del empresariado criminal, el pensamiento de los boss coincide con el neoliberalismo más radical. Las reglas dictadas, las reglas impuestas, son las de los negocios, el beneficio, la victoria sobre cualquier competidor. El resto es igual a cero. El resto no existe. Estar en situación de decidir sobre la vida y la muerte de todos, de promocionar un producto, de monopolizar un segmento de mercado, de invertir en sectores de vanguardia es un poder que se paga con la cárcel o con la vida. Tener poder durante diez años, durante un año, durante una hora. La duración da igual: vivir, mandar de verdad, eso es lo que cuenta.