Tras leer mi artículo sobre los alquileres por horas, Soledad Romero me envía un anuncio curioso encontrado en la web publicitaria que gestiona. Dice así: “Ofrezco 2 habitaciones a cambio de relación sexual”. El hombre del anuncio (suponemos que es un hombre) requiere una “chica liberal, ardiente y sobre todo muy sexy”, y a cambio pide “sexo sin ningún tipo de interés económico”. Este es un mundo insólito, dominado por pícaros y jetas.
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