Una novela de superhéroes. Cambia los dibujos y las viñetas por las descripciones, pero es lo mismo que un cómic. La novela que nunca leerán los intelectuales (allá ellos). Un cruce entre X-Men y Watchmen, y te gustará si te apasionan ambos. Austin Grossman utiliza a dos narradores, que cuentan su visión de los hechos en capítulos alternativos: el Doctor Imposible (un científico con poderes, un supervillano) y Fatale (una ciborg soldado, una superheroína). Yo me puse del lado del malo en seguida. Comienza con él en una cárcel de máxima seguridad, a punto de fugarse. Su ambición es conquistar el mundo, algo que ha intentado durante años sin conseguirlo. Pero los superhéroes y sus buenos propósitos siempre están cerca para amargarle la fiesta y devolverlo a prisión. Es increíble la imaginación del autor para inventar superhéroes y supervillanos: Nick Napalm, Cara de Muñeca, Bluetooth, Lobo Negro, Damisela, Fuego Esencial... No tengo muy claro si están preparando un cómic sobre la novela, pero aquí y aquí hay dos dibujos que reflejan el libro a la perfección. Copio un fragmento, narrado por el malo:
Para ser un supervillano hay que reunir ciertas características. No os molestéis en buscar una identidad secreta, eso es cosa de héroes, aunque sería muy cómodo poder quitarse el antifaz y perderse entre la multitud, las casas, el mundo laboral. Acaso demasiado cómodo. ¿Qué sentido tendría convertirse en la mente criminal más audaz de la Tierra (o por lo menos una de las cuatro más audaces) si existiera la posibilidad de escurrir el bulto a la primera de cambio? Nada tendría el mismo mérito si uno pudiera darse el piro tranquilamente a la que las cosas empezaran a torcerse. Cada vez que me detienen y me juzgan, me toca escuchar una interminable lista de acusaciones, cada vez más larga y enjundiosa. (...) Además, nunca he querido volver atrás. La nostalgia del pasado es una debilidad propia de los superhéroes. Cuando decides convertirte en supervillano, te deshaces de todas las ataduras y te la juegas al todo o nada.