- Roger y Bethany trabajan en Staples, grandes almacenes de material de oficina. Roger tiene cuarenta y tantos y trata de superar un montón de fracasos. Bethany tiene veintitantos y es gótica y está afectada por la cantidad de gente de su familia que ha muerto.
- Roger y Bethany se escriben e-mails para conocerse. Aprenden a respetarse.
- Roger está escribiendo una novela, Glove Pond: una puesta al día de la obra ¿Quién teme a Virigina Woolf?, de Edward Albee. Por si quedaran dudas, hay alusiones a Albee, a Richard Burton y a Elizabeth Taylor (protagonistas de la película del mismo título). No faltan alusiones a la prosa de John Cheever. Bethany lee la novela y los lectores también.
- En Glove Pond hay dos escritores que escriben sendas novelas sobre Staples. Una de ellas es un calco de la vida de Roger.
- Además de las cartas de Roger y Bethany leemos las misivas de otros personajes que nos ayudan a entender a los protagonistas.
Como es habitual en Douglas Coupland, existe un interés en superar el desgaste del tiempo, en afrontar la muerte y los fracasos que nos acompañan en la vida. Pero lo mejor (aparte de su naturalidad para escribir) es que Coupland sabe captar nuestro tiempo, el espíritu de una época, y entendemos sus referencias: YouTube, los e-mails, Los Simpson, QuickTime, Google... Y llena las páginas de perlas. Aquí van algunas:
-La vida siempre te mata al final, pero primero te impide conseguir lo que te propones.
-Tenía casi treinta años, edad suficiente como para empezar a tener pesadillas por las noches ante la posibilidad de tener un trabajo basura toda la vida.
-La gente tiene muchas maneras diferentes de abandonarte. A la gente se le va la pelota. Te abandonan. Les dejas de gustar. Se pierden en su propio mundo y nunca vuelven. O, simplemente, claudican. Y sí, se mueren.
-Como permitas que tus sentimientos salgan a la luz, la gente te va a hacer mucho daño. Usarán tus sentimientos en tu contra. Algo que en su día fue privado y sagrado para ti se transformará en un arma de doble filo. Algo tan precioso podría resultar dañado. Acabarás por sentir dolor.
-Es extraño cómo las cosas te van abandonando una a una, ¿no es así? Como los viejos amigos. El entusiasmo. La energía. (...) Ahora mismo, escribir me mantiene cuerdo.