Al fondo de la barra
una mujer; una
mujer en principio
como tantas: que fuma,
bebe, ríe, charla, y se echa
la melena para atrás;
ya digo, como tantas.
...........................Hasta que su
mirada se cruza acaso
con la tuya
–o a ti te lo parece–,
y por un breve
instante
el tiempo se detiene,
y esa mujer es única,
y todo cambia,
y todo puede pasar.
Todo.
También
–como sucede
casi siempre–
que no pase
absolutamente nada.
Karmelo C. Iribarren, Poemas para cruzar el desierto
Hace 1 hora