Me entristecí porque la infelicidad es algo sobre lo que nunca nos enseñas cosas; se nos enseña a esperar la felicidad, pero nunca un plan B que poner en práctica en su ausencia.
Interesante libro de Coupland, aunque no tan bueno a mi entender como, por ejemplo, La vida después de Dios. A través de un puñado de fotografías guardadas en una caja, y que preceden a la mayoría de los capítulos, el autor nos hace regresar al espíritu de los 90, sin olvidar las huellas de los 60 que aún permanecen en algunos padres de los muchachos que aparecen en el libro. A veces utiliza la ficción y, a veces, la realidad, el tono autobiográfico, y en ambos casos nos sumerge en mundos muy distintos: un concierto de los Grateful Dead, Berlín después de la caída del muro, la muerte de Kurt Cobain, las ciudades y los puentes, el hábito de frecuentar cementerios, el pop, el distrito de Brentwood en el que murieron Marilyn y Nicole Brown Simpson...
Haga lo que haga, Coupland siempre lo hace bien. Siempre se plantea preguntas, es una mente lúcida, un habilidoso cronista de nuestro tiempo.