Presten atención porque, aunque su estreno está previsto para el próximo año, voy a hablarles sobre la que será la película más cara del cine español. Un proyecto con varios años de antigüedad. Sus responsables buscaron el presupuesto fuera de España porque aquí nadie se arriesga. Salvo el grupo de empresas creadas por la familia Pérez Dolset y su accionariado, que aportó parte de la pasta, y la editorial Planeta, tuvieron que llamar a las puertas de los despachos de EE. UU. En España somos así.
La película de la que hablo es de animación 3D. Antes se titulaba “Planet One” y, en estos momentos, se conoce como “Planet 51”. La primera vez que le oí a alguien hablar de este proyecto fue a uno de mis primos, José Manuel García. Él es jefe de proyecto de las últimas partes de ese gran videojuego, “Commandos”, de la empresa Pyro Studios. Recuerdo mi visita a Pyro: una planta de oficinas cuyas mesas estaban llenas de gente muy joven y muy creativa. Gente que trabaja mucho. Sé de épocas en las que mi primo ha llegado a vivir en la oficina: además de comer allí, cenaba e incluso pasaba noches y fines de semana. Ostenta su propio récord: cuarenta y tres horas seguidas trabajando sin dormir. Pero incluso una temporada en el infierno tiene su recompensa. Y una de las recompensas es el triunfo y la popularidad de Pyro y sus proyectos, caso de “Commandos” o “Imperial Glory”. Los chicos de Pyro saben que el mercado de los videojuegos no se puede limitar a Madrid y al pueblo de al lado, y por eso desarrollan parámetros con vistas a las ventas en el extranjero: títulos en inglés, equipo de doblaje de primera fila, argumentos y ambientaciones universales.
Un día, hace años, mi primo me reveló un secreto: Jorge Blanco e Ignacio Pérez Dolset, creadores de “Commandos”, estaban metidos en el proyecto de un filme de animación. El primer paso fue crear un estudio: Ilion Animation Studios. Blanco dirige. Pérez Dolset produce. El guionista de la película es Joe Stillman, el mismo tipo que escribió “Shrek” y su primera secuela y varios episodios de “Beavis y Butt-Head”; un autor de pluma ácida. Mi primo, entre otras cosas, iba a encargarse (está metido ya en ello) del videojuego de la película en sus distintas plataformas. El presupuesto ha alcanzado los sesenta millones de euros. De los derechos de distribución internacional se encarga New Line Cinema, que creó “El Señor de los Anillos”. Pero vayamos con la película. Trata de una invasión alienígena. Pero es una invasión al revés, y en clave de comedia. A un planeta de seres verdes llega un hombre, y la visita del humano hará temblar a sus habitantes. Son los extraterrestres quienes creen ser invadidos por un ser blanco de otro planeta, la Tierra. El año pasado, cenando en la casa de mi primo en Madrid, me dijo que me iba a revelar otro secreto. Metió la mano en un cajón y sacó de él una joya que poca gente ha podido ver. Se trataba de un libro voluminoso, de páginas grandes y papel de calidad, en el que constaban todos los pormenores del proyecto de “Planet 51”. Fotos, esbozos, ideas, anotaciones, diseños de personajes, escenarios. Aluciné. El proyecto está calculado hasta en el más ínfimo detalle. Han inventado un planeta verde similar al nuestro, pero en marciano, por así decirlo: restaurantes, casas y edificios, calles, vestimentas, productos de uso común, gorros, muebles y objetos… Era un secreto, entonces, porque ese libro era el que utilizaban para llamar a los estudios norteamericanos, muy hábiles en plagiar proyectos. Hoy ya se pueden ver por internet algunas fotos. Si sienten curiosidad, pongan en Google el título. “Planet 51” se estrenará el año que viene y será un bombazo.