Un día me fijo en la plaza. Hay niños jugando. Al día siguiente, por la tarde, un hombre duerme en la plaza y apoya la cabeza en una vieja caja de los antiguos “Juegos Reunidos” que todos tuvimos de pequeños. Si unes las dos imágenes te sale un resumen de la vida, creo yo. De una vida truncada. El niño, jugando con su imaginación o con los “Juegos Reunidos”. El niño, ahora convertido en hombre, durmiendo en la calle, la cabeza apoyada en los “Juegos Reunidos” que utilizó en su infancia. El misterio del destino de cada cual.
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