Ayer empecé Calle Feria, el libro que nuestro amigo Tomás Sánchez Santiago ha estado escribiendo durante años. Sólo llevo 100 páginas, pero debo admitir que su lectura es una delicia. Gustará a cualquier amante de la buena literatura, pero sobre todo deleitará a quienes han vivido en Zamora. Está ambientado en los años 50. Apunto algunos nombres que he ido encontrando entre sus páginas, todas ellas repletas de evocaciones y documentos recopilados por el autor: la calle del Riego, la Avenida de la Feria, La Llave (trasunto de El Candado), la Tercera Caída, los excombatientes, Camuñas, la censura oficial, la derechona, San Torcuato, los cines Arias Gonzalo, Ramos Carrión y Valderrey (luego convertido en el Pompeya, eje en torno al que giraba mi primer libro), las críticas cinematográficas del periódico escritas por un tal Mature (un personaje increíble), el pianista Miguel Berdión, el aire gris de la dictadura, los comercios abigarrados de Riego y Feria... Todo eso y mucho, mucho más, en esta novela de relatos que Tomás por fin entrega a la imprenta.
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