De El País:
Porque dice las cosas como son. Porque habla de perdedores. Porque eleva la sucia resaca a la categoría de arte. Por las portadas de Robert Crumb que acompañaban sus ediciones en castellano. Por títulos tan explícitos y provocadores como La máquina de follar. Catártico y revelador, Bukowski embrujó a muchos de sus primeros lectores en España. También a un buen número de jóvenes escritores y poetas.
"Ha triunfado por las razones equivocadas, por su leyenda de outsider. Me interesa su literatura; me dan igual sus borracheras. Toda su obra se puede poner junta. Da el testimonio literario de su vida en una misma nota. Es un magnífico escritor, original y personal, que convierte en fácil lo difícil", sentencia Ray Loriga.
La denuncia social fue el factor diferencial en el flechazo de David González con el autor de La senda del perdedor. Y lo sigue siendo. "Descubrí su obra cuando me encontraba en la cárcel cumpliendo una condena por atraco a mano armada a una sociedad cultural. Me interesó la temática marginal, en la que tenían cabida los desheredados, y me sigue interesando. La sociedad en que vivimos es un fiel retrato de lo que describe. Es un poeta social, comprometido con la gente humilde y trabajadora, con quienes subsisten gracias al cheque de desempleo. Además, ha conseguido recuperar el estatus de la lengua nuestra de todos los días".
¿Abrió Bukowski una ventana inexistente en la literatura española? "Aquí existe también cierta tradición realista al estilo de la tradición bukowskiana, empezando por Cervantes y la novela picaresca, por Quevedo, Pío Baroja o Arturo Barea", apunta David González. (Noticia completa: aquí)