martes, febrero 06, 2007

Corleone, Serpico, Montana, Brigante...


Chéjov fue tan importante para mí como cualquier otro escritor. Brecht, al igual que Shakespeare, me ha ayudado mucho en la vida. También Henry Miller, Balzac, Dostoievski. Ellos me ayudaron a superar los veinte años, me dieron una raison d'être. Las relaciones que tenemos con los escritores son todo un tema: son muy distintas de las que tenemos con actores o músicos o compositores o políticos. Para mí, el escritor lo es todo: sin él, no existo. Así que el escritor va primero. El actor recibe toda la fama y la gloria, pero no sé si tiene la capacidad de perdurar.
Yo era realmente un actor de la calle, un gitano, sin techo y sin blanca. Mi educación procede de los sesenta. Vivía en antros y en basureros, en pensiones y hoteles de mierda. Para mí cualquier lugar que tuviera agua corriente y baño en la habitación era el paraíso.