Dios sabe si alguna vez lograré encontrar una nueva colocación, pensé. Todas esas negativas, esas vagas promesas, esos rotundos rechazos, esas nutridas esperanzas que de repente se desvanecían, esas nuevas tentativas que una y otra vez terminaban en nada, habían acabado ya con mi ánimo.
Knut Hamsun, Hambre