Hoy les quiero presentar a un grupo musical nuevo, aún cachorro pero ya con experiencia. Son zamoranos, por supuesto. Porque la provincia irá perdiendo habitantes cada año, y posibilidades, y futuro, y continuará sufriendo zarpazos, pero no deja de aparecer gente con talento en diversos artes y oficios. Con talento y con ganas. Lo que sucede es que a esta gente no la sabemos aprovechar, y al final se marchan o se quedan y desisten. En este problema tiene tanta culpa el público como los señores del Ayuntamiento: el primero por no enterarse o por pasar de todo; los segundos por su evidente falta de apoyo, pues se les da una higa que les vaya a pedir ayuda un chaval que quiere rodar un corto, un grupo que quiere tocar en las fiestas o cualquier tipo con una idea fresca y novedosa entre las manos. Al final siempre hay una negativa o un aplazamiento. Cada vez que cuento cuatro cosas de los músicos de la ciudad desmiento esa mala imagen que se ha pegado a la cabeza de nuestros mayores, respecto a su visión de la juventud: los chicos no sólo van de botellón, también les salen inquietudes por las orejas; pero casi nadie les da una oportunidad.
Apuntaba que es un grupo cachorro con experiencia, entendiendo por esto que la formación completa y actual, y el nombre, nacieron en septiembre del año pasado. Pero tres de sus componentes llevaban un tiempo trazando la ruta de sus canciones. Se llaman Miescondite (así, todo junto, formando una única palabra con gancho). Tocan pop. Escuchar rock le da a uno fuerzas; escuchar pop le proporciona a uno vitalidad. Dice un amigo mío que, cuando se entra a un garito y suena una canción pop, dan ganas de bailar, de abrazarse al personal, de brincar de alegría. El origen de Miescondite reside en el grupo Nihil, que estuvo años tocando en festivales alternativos y bares hasta su disolución en el dos mil cinco. Este grupo nuevo lo forman Luis Ramos (guitarras y voz: no confundir con el poeta y cantautor del mismo nombre) y Rodrigo Segurado (guitarras y coros), ambos de Nihil, a quienes se sumaron Iñaki Gómez (bajo y coros) y César Serrano (batería). Sus caras les sonarán del pub Popanrol, delante o detrás de la barra. Creo que fue el año pasado cuando, tomando algo en el Avalon, vi a los dos primeros subirse al escenario para marcarse una jam session. Miescondite, el nombre que han elegido, es curioso: suena un poco a soledad y a refugio. Por regla general los músicos suelen romperse la crisma buscando cómo llamarse. Debe ser una palabra, o varias, que les guste a todos, pero al mismo tiempo que capture la atención del público. Sacaron la palabra del título del blog de Iñaki Gómez.
Hace sólo unos meses, en enero, grabaron su primera maqueta en los estudios Valve Records: un trabajo titulado “Astral”, con cinco canciones que hablan de amor, sensaciones y desengaños. Escucho el disco mientras escribo estas líneas. La primera vez que lo puse fue en el viaje de Zamora a Madrid. Las canciones de esta maqueta me relajan, hacen que me deslice en un ensueño plácido, y son gratas compañeras de viaje, que es una cualidad esencial en los discos. Dice Iñaki que, en el directo, suenan más rápidas. Según parece, tienen un repertorio de unos catorce temas, que despliegan en los conciertos. En enero actuaron en el Avalon Café. El sábado, dieciocho de febrero, en el aniversario de la Sala Berlín, en un programa que incluyó música, monólogos y audiovisuales. Y en marzo, exactamente el próximo viernes, ofrecerán un concierto en el Numancia. Aprovechen y vayan a verlos. Se trata de pop joven, dos términos que saben a entusiasmo y a verano.