miércoles, abril 23, 2025

La cosecha de hielo, de Scott Phillips

 

En Sajalín rescatan esta novela corta que me perdí en su día y que adaptaron al cine en 2005 (y que no he visto, pese a que la dirigió mi venerado Harold Ramis). La cosecha de hielo es una pequeña bomba de humor y género negro. Transcurre en 1979, entre Nochebuena y Navidad y nos presenta los merodeos (y meteduras de pata) de un abogado que trabaja para un mafioso al que está a punto de robar un montón de dinero para darse luego a la fuga. Mientras recorre garitos y espera a su compinche, se va dando a la bebida y luego las cosas empiezan a torcerse... justo en ese día en el que tanta gente está cargada de buenas intenciones...

Casi podríamos decir que es la cara B y cómica de Un plan sencillo (de Scott Smith), otra novelaza con nieve también llevada al cine. Tiene un toque cómico en torno a lo imprevisible que, por cierto, recuerda a las películas de los Coen. Y además nos da un final inesperado y muy sorprendente.

Así comienza:

A las cuatro y cuarto de la tarde de una Nochebuena fría y seca, un hombre nervioso de mediana edad con un abrigo caro entró con la cabeza descubierta en el Midtown Tap Room y se quedó plantado en el extremo de la barra más cercano a la puerta con su carné de socio en la mano, esperando a que la camarera del turno de tarde colgase el teléfono. La mujer tendría unos cuarenta años, era corpulenta, tenía el cutis brillante y el pelo rubio como la aguachirle, y parecía habérselo cortado ella misma estando borracha. Él sabía que lo había visto entrar, pero fingía que no lo veía. Para eso tenía que colocarse en una postura muy rara, apoyando la cadera contra la barra y de cara a la puerta trasera para no mirar al abogado ni al espejo que tenía detrás.
El único cliente que había a esa hora era un joven bajito y muy delgado con una chaqueta vaquera abotonada hasta el cuello, acodado en la barra, la mejilla apoyada en el pulpejo de la mano y un cigarrillo entre los dedos índice y corazón, con la brasa peligrosamente cerca de la punta del tupé engominado. Tenía los ojos cerrados y la boca abierta.



[Sajalín Editores. Traducción de Diego de los Santos]


Cartel de The Amateur

 


Mario Vargas Llosa (1936 - 2025)

 


Tron: Ares: primer cartel

 


Ted Kotcheff (1931 - 2025)

 


Mission: Impossible - The Final Reckoning: nuevo cartel

 


One Battle After Another: primer trailer


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Yves Boisset (1939 - 2025)

 


En Aleteia: Jesús de Nazaret en el cine: estrenos y proyectos

 

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Tornado: 2 carteles

 



Historias que olvidé contarte, de Dorothy Gallagher

 

En Muñeca Infinita están publicando los libros autobiográficos de una autora que a mí me parece buenísima: Dorothy Gallagher. Éste es el tercero (ya recomendé los otros dos aquí: De cómo recibí mi herencia y Extraños en la casa): una serie de textos breves en los que se dirige a su marido ya muerto para rememorar tanto los viejos tiempos como las cosas que ha hecho en su ausencia. Los amigos van muriendo, las mascotas también, cada día está más sola y se ha mudado a un apartamento más pequeño, pero sigue hablando con él y manteniéndose activa gracias a la escritura. Son textos minuciosos, detallistas, en los que, sin compadecerse a sí misma ni caer en lo sentimental, dibuja un entrañable retrato de lo que comporta el luto.



[Muñeca Infinita. Traducción de Regina López Muñoz]

Wings Hauser (1947 - 2025)

 


Cartel de Magic Farm

 


En Aleteia: Ghostlight

 

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Ballerina: nuevo cartel

 


The Ritual: 2º cartel

 


Joseph Wambaugh (1937 - 2025)

 


Cartel de The Phoenician Scheme

 


En Aleteia: Revelación

 

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jueves, abril 03, 2025

Val Kilmer (1959 - 2025)

 


El subastador, de Joan Samson

 

Grady Hendrix recomendó esta novela de los años 70 en su manual Paperbacks from Hell. Al parecer ya se había publicado en España y en Minotauro la reeditan con una nueva traducción. Fue la única novela de una escritora que moriría de cáncer a los 38 años.

El subastador está en la línea de lo que posteriormente haría Stephen King en La tienda: la llegada de un siniestro personaje a un pueblo, en el que acaba engatusando a todos sus habitantes (gracias a sus poderes de seducción y de convicción) de que donen cada semana objetos de su propiedad para venderlas en subastas, porque según él la subasta es lo más genuinamente americano que tienen. Con esas intenciones reclama la vuelta a los valores tradicionales y, poco a poco, semana a semana y con la ayuda del sheriff y sus auxiliares, va despojando a sus ciudadanos de propiedades: muebles, herramientas, animales… y, así, todos van viviendo cada vez con menos “en bien de la comunidad”.

Hay algo en sus páginas que también recuerda al relato “La lotería” de Shirley Jackson, al clímax de El día de la langosta de Nathanael West y a la novela Ritual de David Pinner (que sirvió de base para la película The Wicker Man): es esa especie de conspiración ciudadana que pone los pelos de punta.

A través de la mirada de una familia que vive a las afueras de un pueblo, asistimos atónitos a la irrupción de Perly Dunsmore, el subastador. Éste, siniestro, manipulador, convincente y apegado a los viejos valores norteamericanos, me recordó durante la lectura a Trump: curiosamente, el viudo de Samson indica en el epílogo que ve similitudes entre ambos.

El subastador va atrapando despacio al lector mediante esa familia que pierde sus posesiones y que no logra salir del atolladero: los demás miran para otro lado, los polis están aliados con Dunsmore, y nadie es capaz de ver la realidad. Es un novelón sobre cómo una idea cuaja en todo un pueblo, y en cómo la masa la adopta; y recordemos lo que decían en Inception sobre la idea: Cuando se apodera del cerebro es casi imposible erradicarla. Uno de los personajes dice:

No te podrías imaginar hasta qué punto Perly Dunsmore es capaz de sacar el máximo provecho de todo. ¡Qué subastador! En mi vida había visto nada igual. Se sube al kiosco de música y es que ya no lo conozco. Es como uno de esos peces que se hinchan hasta cuadruplicar su tamaño original. Más listo que el hambre. ¡Y qué labia tiene! A su lado
parezco un tío callado.




[Minotauro. Traducción de Joan Josep Mussarra Roca]

Cartel de Rust

 


En Aleteia: Fancy Dance

 

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Nobody 2: primer cartel

 


The Life of Chuck: 2º cartel

 


Richard Chamberlain (1934 - 2025)​