Una peli mítica. Una de esas cintas malas que uno nunca se cansa de ver. Un festín de peleas, fantasmadas y saltos imposibles. No recuerdo que en mi ciudad se estrenara la segunda parte, y he tenido que descubrirla gracias a la mula. El protagonista, Wang Yu, era un habitual de la pantalla del Cine Pompeya. También me flipaba El comando del dragón (Cuatro amigos verdaderos). Pero es El luchador manco la cinta que más se identifica con aquella sala de barrio. De ahí que hiciera el "trailer" de la novela utilizando sus créditos iniciales.
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