Esta madrugada ha muerto un poeta. Nos vimos pocas veces, pero las recuerdo con cariño. En una de ellas, tras un recital, se acercó a que Javier Das y yo le firmáramos No hay camino al paraíso. En otra ocasión, en otro de esos recitales (Das & Jab en el Café Libertad 8) a los que sólo acudió media docena de personas, él estaba allí, al fondo, en la barra. Le agradecimos mucho su presencia. Creo que la última vez que coincidimos fue en la presentación de la antología El Tejedor en... Madrid: aunque no estaba incluido en el libro, salió a leer unos poemas. A veces intercambiábamos mails. Un gran tipo.
[La foto la he cogido prestada del blog de Ricardo Bórnez].