miércoles, julio 07, 2010

Detour



Fue el poeta Karmelo C. Iribarren quien me recomendó esta película. En seguida me hice con una copia, pero el doblaje era tan infame que preferí no verla. La semana pasada la conseguí, por fin, en versión original con subtítulos. Es un filme muy corto (67 minutos), dirigido por Edgar G. Ulmer (el que hizo El gato negro) sobre un pianista de Nueva York que se dirige a dedo a Los Ángeles, a ver a su novia. Pero el viaje se complica. Se complica hasta el punto de cambiarle la vida por completo. No sé dónde leí (tal vez en el foro de FilmAffinity) que tardaron 6 días en rodarla. Es barata y oscura, pero es cierto que tiene algo especial. Sobre todo hacia la mitad, cuando aparece una insoportable mujer fatal. Es la historia de un perdedor. De alguien cuya suerte cambia en un desvío. Le puede pasar a cualquiera.




Mientras la veía me pregunté: “¿Qué habrá sido de los actores? No recuerdo haberlos visto antes…”, y apenas unos días después, ayer mismo, leyendo El mal de Montano (una de esas lecturas que, no sé por qué, había ido aplazando para decantarme por los libros de artículos del mismo autor), Enrique Vila-Matas cuenta algo sobre el protagonista, Tom Neal, tras hablar de Detour:

A Tom Neal, el actor que interpreta a Al, le dio la espalda el destino nada más acabar de rodar la película. Cayó en desgracia definitiva en Hollywood cuando se peleó con Franchot Tone por el amor de una mujer, por el amor de Barbara Payton. Expulsado de Los Ángeles y de la vida, paria de la carretera del destino sombrío, Tom Neal en 1965 asesinó a su tercera esposa. Pasó años en la cárcel y cuando salió llevó una vida de vagabundo de la familia de los hundidos y un día, al sur de Boston, lo hallaron muerto en una carretera perdida.