sábado, noviembre 21, 2009

Esta salvaje oscuridad, de Harold Brodkey


Mi reputación literaria es cosa sobre todo del extranjero, pero yo estoy anclado en Nueva York. No se me ocurre ningún otro lugar donde preferiría morir. Me gustaría que fuera en la cama, mirando por mi ventana. La exasperación, la incomodidad y el horror mental de aquí me interesan más que la comodidad de cualquier otra parte. Me quedo anidado ante la ventana, desde la cual veo el centro de la ciudad y su cambiante desfile de rascacielos y luces; pájaros que pasan volando arrojan sombras sobre mí, sobre mi cara y mi pecho.
No puedo cambiar el pasado, y no creo que lo hiciera. No espero ser comprendido. Me gusta lo que he escrito, los cuentos y las dos novelas. Si me ofrecieran verme libre de esta enfermedad a cambio de mi obra, no lo aceptaría.