Conozcamos nuestra basura, escribía Don DeLillo en Submundo, novela que citan varias veces en Vertedero.
Me interesa mucho todo aquello que menudea bajo la superficie o que no se ve a simple vista: por eso tengo libros de investigación sobre las ratas de NY, los subterráneos de Londres y de otras muchas ciudades, el funcionamiento del cáncer y de los virus y de los excrementos, las actividades cotidianas de los psychokillers...
Por eso no podía perderme Vertedero, que es sin duda uno de los grandes libros de 2025. Su autor dedicó 4 años a recorrer el mundo, entrevistarse con gente e investigar qué ocurre con lo que tiramos. Su viaje es fascinante e incluye vertederos, activistas del friganismo, depósitos de chatarra, plantas de reciclaje, colonialismo tóxico, contenedores de ropa usada, cenizas de cadáveres, alcantarillas y aguas residuales... El último capítulo, en torno a la gestión de residuos nucleares, es bastante terrorífico: la toxicidad de muchos de esos materiales durará miles de años. Algunas citas:
Donar no es una salvación: para la mayoría de nosotros, se trata solo de hacer que nuestro problema más actual (tener demasiadas cosas) sea de otra persona.
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¿Qué fue lo que escribió DeLillo? “Los residuos son la historia secreta, la subhistoria”. Todo lo que enterramos es una cápsula del tiempo de destino desconocido. El problema es que los residuos tienen la costumbre de resurgir.
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Sentirse culpable es también caer en la misma trampa inmemorial de que la responsabilidad personal será suficiente para cambiar el sistema.
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Una vez que de verdad empiezas a fijarte en los residuos, los ves por todas partes. Se convierten en una obsesión. Pasado un tiempo, comienza a pasarme factura anímica.
[Capitán Swing. Traducción de Daniela Martín Hidalgo]