domingo, junio 06, 2021

Conversaciones con David Mamet, de Varios Autores

 

 

¿Cómo afecta concretamente la rutina de su vida personal a la creación de sus obras?
[…] Lo importante es de qué trata la obra; creo que todo lo demás queda supeditado a eso. Si uno es escritor sabrá lo que tiene que hacer para escribir; si no lo es, no lo sabrá. Algunas obras de teatro se escriben en un par de años, otras en una tarde. Lo importante no es sólo la disciplina de sentarse ante la máquina de escribir, porque con eso sólo no no se consigue nada. La disciplina consiste en intentar escribir cada una de las frases de la mejor manera posible, atenerse a la acción. También va bien descolgar el teléfono e irse fuera de vez en cuando.

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¿Le ha cambiado de algún modo el éxito, sobre todo el de American Buffalo?
No, siempre he sido un gilipollas, y no veo por qué habría de cambiar ahora. Pero la diferencia básica es que ahora los agentes están dispuestos a hablar conmigo. Cuando los llamo por un casting, no me hacen esperar mientras se van a Mallorca, como es su costumbre.
 
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¿Se sintió valorado como escritor en Hollywood entre esa gente del cine, o sea sólo como escritor?
[…] En Hollywood la tradición es que el director hace la película, la estrella la vende y, si el guionista no funciona, lo echan y buscan a otro.

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Pese a todos sus éxitos ha sufrido también reveses, como Lone Canoe en teatro y Nunca fuimos ángeles en el cine. ¿Cómo reacciona?
Rudyard Kipling dijo: “Si puedes encontrarte con el Triunfo y el Desastre y tratar de la misma manera a esos dos farsantes…”. Tengo edad suficiente para saber que hay algo más que una verdad superficial en esta afirmación de que los dos son farsantes. Es agradable que a la gente le guste tu trabajo. También espero ser como escritor mi mejor juez y mi peor crítico.


[Alba Editorial. Traducción de Isabel Ferrer Marrades]