sábado, octubre 17, 2015

Exterminad a todos los salvajes, de Sven Lindqvist


Sven Lindqvist es un autor sueco que aún vive y que, pese a su prestigio, en España ha pasado desapercibido. Yo hace tiempo que veía en las librerías de saldo este mismo libro, a un precio casi ridículo. Y nunca lo cogía (aunque me llamaban la atención la cubierta y el título) porque no contaba con ninguna referencia, no había oído hablar de Sven Lindqvist. Durante este verano leí ese bombazo titulado Hambre de realidad, de David Shields, que tengo pendiente de recomendar en este blog: Shields cita, en ese volumen, a Lindqvist, que suele escribir libros de no ficción en los que mezcla apuntes autobiográficos con lecciones de historia, anécdotas literarias y varios aforismos. Su obra, por lo que he podido ver, es una de las más originales de la literatura contemporánea. En castellano sólo hay tres títulos traducidos y los he conseguido todos a precios muy baratos: Exterminad a todos los salvajes, Historia de los bombardeos y El mito de Wu Tao-tzu. Como Lindqvist aún no ha recibido un premio grande ni se ha muerto, pertenece al limbo de esos autores fascinantes que no logran vender más que un puñado de ejemplares.

Y Exterminad a todos los salvajes merece la pena. Un viaje por el Sáhara le sirve al autor para ir desenterrando el origen de los exterminios en la historia de la humanidad. Lo que Lindqvist viene a decirnos es que no todo empieza con Hitler y el Holocausto, sino que hubo otros genocidios mayúsculos, y así el hombre blanco arrasó con los indios, los africanos, los tasmanios… El autor también parte de una frase encontrada en El corazón de las tinieblas de Joseph Conrad, una frase que pronuncia Kurtz: Exterminad a todos los salvajes (Exterminate all the brutes). Los datos y las historias van acompañados de anécdotas muy interesantes sobre los libros de Joseph Conrad, de Charles Darwin y de H. G. Wells. De tal forma que Lindqvist nos habla desde tres niveles: lo que ve, lo que lee, lo que descubre. Es decir: memoria, literatura e historia. Y todo ello, además, con una estructura fragmentaria que va enlazando e intercalando los diversos temas. A mí me ha gustado mucho. Pronto leeré sus otros dos libros traducidos. Éste empieza así:

Tú ya sabes lo suficiente. Yo también lo sé. No es conocimiento lo que nos falta. Lo que nos hace falta es el coraje para darnos cuenta de lo que sabemos y sacar conclusiones.

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Es en la espalda que se notan las ausencias.
La parte anterior puede ponerse la máscara. El rostro por lo menos puede encontrarse a sí mismo en el espejo. Es la nuca la que está sola.
Podemos abrazarnos el vientre y acurrucarnos a su alrededor. Pero la espalda permanece sola.
Es por eso que las ninfas de los bosques y los djinnes se representan con una espalda ahuecada: ninguno aprieta su cálido vientre desde atrás contra ellos. Allí, por el contrario, trabaja el cortafrío de la soledad.
No encontramos nunca la soledad. Llega desde atrás y nos alcanza.

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La característica fundamental en la política de los blancos es la aplicación de la violencia de los fuertes sobre los débiles.
El objetivo es quedarse con su tierra. La forma más imponente de esta práctica ha tenido lugar en Norteamérica. Blancos hambrientos de tierra se introducen entre los débiles y aun, a veces, decadentes poblados indígenas. Esta inmigración violadora de los convenios, que mientras Ratzel está escribiendo continúa aumentando su intensidad, es una de las razones fundamentales de la desaparición de los indios.


[Turner Libros. Traducción de Carlos Kristensen]