Imaginaos que la pareja protagonista de La guerra de los Rose son ya ancianos y
siguen juntos, pero ya no pelean, sino que la batalla se ha quedado en algo
sutil: no se dirigen la palabra, se acusan uno al otro mediante notas
manuscritas, toda vez que uno de ellos sale a la calle el otro le sigue y le
espía, van refinando su crueldad hasta límites que crean un clima de tensión
tanto en la casa en la que viven como entre las páginas del propio libro. Pues
eso es El gato, la novela en la que
un anciano acusa a su mujer de haber envenenado a su mascota, y en la que estos
dos personajes, viejos, instalados en la rutina más brutal, solitarios a su
manera pese a convivir juntos, se cruzan papeles en las que anotan mensajes tan
venenosos como éste: POR MÍ, COMO SI LA PALMAS. Tensa, refinada y asfixiante,
su lectura es muy recomendable.
[Traducción de José Ramón Monreal]