lunes, noviembre 19, 2012

Canciones de la gran deriva, de Vicente Muñoz Álvarez




Crazy love

Me llamó por teléfono a las tres y media
y me preguntó qué estaba haciendo.

Le dije que me disponía a comer
y estaba calentando algo de pollo en la cocina.

¿A estas horas?, preguntó.

Salí a tomar un vino
y acabo de llegar, contesté yo.

Entonces ella empezó a chillar
y a maldecir por el teléfono.

Dijo que aunque siempre estaba deprimido
nunca me encontraba en casa
y yo le pregunté si prefería verme
encerrado todo el día.

Pero no respondió a eso.

Cambió de conversación
y me preguntó con quién había salido.

Se lo dije (era una amiga común)
y eso empeoró aún más la situación.

Aumentó el volumen de su voz
y la acusó a la chica
de interponerse en nuestra relación.

Después se echó a llorar.

Y finalmente gritó:

Algo pasa entre nosotros

no sé lo que es pero algo pasa
algo pasa entre nosotros.

Y colgó luego el teléfono.

Estuve unos segundos
Escuchando la señal fría y monótona
del auricular en la distancia.

Pensé que casi todo era una mierda.

Tiré el pollo recalentado a la basura
y me senté en la mesa a beber vino.

Escribí después este poema.

**

Por el sistema

En un mundo donde los cuerdos
sueñan con comprar lo antes posible
un piso a plazos
celebrar una gran boda y tener hijos
en un mundo regido por la televisión
por la competitividad por el consumo
en un mundo de fútbol y farsa
de estar en lugar justo
en el tiempo adecuado
en un mundo de policías y mafias
de chabelis y trepas
de flamantes coches y abogados

escribir poemas como este
es hacer terrorismo de estado.