domingo, marzo 11, 2012

El Fantasma y el proyector


Hermoso como la peste negra
Viciado como una primera comunión en Sodoma
Dulce como un beso negro
Amargo como el vino del suicida
Monstruoso como un ángel con priapismo
Febril, como una virgen a horcajadas
Aterradora como la infancia
Deforme como una bacante anciana
Extraviado como un eremita en un burdel
Negro, como el amor verdadero.
Impotente, como una venus con los tacones rotos.
Ausente, como la verdad.
Indigno como las promesas
Hiriente como solamente los espejos pueden serlo
Atroz como la poesía
Viscoso como la imaginación
Plomizo como la mañana
Sacrílego, como la alegría
Desbocado, como una muerte lenta.
Doloroso,
Como la misma vida.


Álex Portero, extraído de su blog, Jugando entre las ruinas