miércoles, febrero 15, 2012

A de amor, de David Levithan



Me llamó la atención este libro por un único motivo: su autor escribió la novela en que se inspira la película Nick and Norah's Infinite Playlist (en España: Nick y Norah, una noche de música y amor), que me pareció original y divertida. Si uno busca en Amazon USA este libro, comprobará que la cubierta y el título inglés (The Lover’s Dictionary) logran que parezca un volumen muy diferente. Porque es el segundo factor que me atrajo: se trata de una historia de amor y desengaño contada mediante las entradas de un diccionario, al estilo de Ann Marlowe y Cómo detener el tiempo, su diccionario sobre la heroína. A mi juicio, el resultado final es muy desigual. Hay entradas que me parecen flojas y otras, en cambio, me han gustado hasta el punto de anotarlas. La historia, y es el punto más atractivo, queda como una especie de rompecabezas (las entradas, cuya traducción, supongo, no coincide con las originales en inglés), con saltos adelante y atrás, que el lector tiene que ir ordenando en su cabeza. Anoto algunas de las entradas que me gustaron, y algunas citas sueltas:

Autonomía

-Quiero estantes propios para mis libros –dijiste, y así supe que estabas de acuerdo en que viviéramos juntos.

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Burdo

-Quiero que me dediques esta noche –dijiste.
Y fue precisamente la forma en que lo expresaste lo que hizo que me quedara. Si hubieras dicho “Vamos a follar”, “Vamos a mi casa” o incluso “Te deseo con todas mis fuerzas”, no estoy seguro de que hubiéramos llegado tan lejos. Pero me encantó esa idea de que la noche fuera mía e inmediatamente decidí dedicártela.

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Cándido

-Muchas veces, mientras estoy haciendo el amor, preferiría estar leyendo.
Admito que fue un comentario bastante raro para una segunda cita. Supongo que te estaba lanzando una advertencia.
-Pues en mi caso, casi siempre que estoy leyendo, preferiría estar haciendo el amor –dijiste tú.

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Circular

No nos contamos nuestra vida en orden cronológico. No se trata de que nos sentemos uno frente a otro y uno diga, “Te toca a ti”, y nos levantemos de esa conversación sabiéndolo todo de pe a pa. La mayor parte del tiempo ni nos damos cuenta de que nos explicamos a nosotros mismos de forma fragmentada, como si fuéramos un rompecabezas. […]

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Convivencia

Oscila como un péndulo, la verdad.
Veo tu sombrero encima de la mesa y siento que te echo de menos, aunque estés en la habitación de al lado. Si sé que no estás mirando, me acerco el sombrero de lana verde a la cara e inhalo el eco de tu champú y el aire fresco del exterior.
Pero luego entro en el cuarto de baño y me encuentro con que has vuelto a olvidarte de tapar el tubo de dentífrico y será este pequeño detalle, y no el otro, el que recordaré en voz alta más tarde.

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Una cosa es compartir besos, secretos, sexo y cama. Pero compartir familia supone la confluencia de los ríos.

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Corroer

Dediqué mucho tiempo a pulir una relación. Pero una noche dejé la ventana abierta y empezó a oxidarse.

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Intentar escribir sobre el amor es, en última instancia, lo mismo que intentar que un diccionario represente la vida. No importa cuántas palabras contenga, nunca serán suficientes.

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Posteridad

Intento no pensar en ti y en mí envejeciendo juntos, sobre todo porque intento no pensar en la idea de envejecer. Ambas cosas (el paso de los años, los años juntos) son demasiado abrumadoras para planteárselas. Pero una mañana me rendí. Dormías, y te imaginé más y más mayor. El cabello gris, la piel arrugada y macilenta, la respiración jadeante. Y me descubrí pensando: si esto sigue adelante, si no se acaba, cuando muera los recuerdos que deje en ti serán mi mayor logro en esta vida. Tus recuerdos serán mi huella más duradera.

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Puntuar

Entrevista imaginaria:
P: Así pues, cuando ya está todo sentenciado, ¿qué has aprendido de ello?
R: La clave del éxito de una relación no depende solo de las palabras, sino de la puntuación de las frases. Cuando estás enamorado de alguien, un signo de interrogación bien colocado puede significar la diferencia entre el éxtasis y la catástrofe, y un punto y aparte respetuoso o una elipsis en el momento justo pueden prevenir toda clase de exclamaciones.


[Traducción de Toni Hill]