martes, diciembre 06, 2011

Luz de noviembre, por la tarde, de Eduardo Laporte



Siempre supe que acabaría escribiendo sobre aquello. Sobre el penoso proceso de ver a un padre desvanecerse, ir desapareciendo día a día, durante el otoño de 2000 que pasé a su lado. Su mujer, mi madre, había sido víctima de un fulminante cáncer de pulmón en febrero del mismo año.

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A lo largo de estas páginas, he puesto al año 2000 en la mesa de disección, con objeto de estudiarlo a fondo, pero también de estudiarme un poco a mí, cinco años después de aquello. Espero que mi familia y seres próximos no se sientan incómodos al ver toda esta intimidad en la esfera pública, aunque sé que comprenderán que era algo que debía hacer. Como escritor, pero sobre todo como hijo.