viernes, mayo 20, 2011

Un mar de muerte, de David Rieff


Este libro, absolutamente recomendable, es el que escribió David Rieff tras la muerte de su madre, Susan Sontag. Se plantea ciertas cuestiones que yo mismo he vivido, analiza el dolor, la situación del enfermo, el luto... Un par de extractos:

Es evidente que no hay comparación entre los sufrimientos de una persona enferma y los de quienes la quieren. Pero sí alguna semejanza entre la indefensión que se siente como amigo o pariente.

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En momentos como aquel, al parecer nadie cercano a mi madre, y mucho menos yo, sabía qué decir. En retrospectiva, me pregunto si hay un silencio peor que el de la habitación de un enfermo. Es el silencio de la intuición acongojada por el horror de que, al menos en la sala de enfermos de cáncer, lo real y lo catastrófico a menudo son uno y lo mismo. Y, por supuesto, es también el silencio de la impotencia, de la incapacidad de los sentimientos para cambiar algo, de la vanidad de los deseos humanos. Nos descubrimos albergando esperanzas, a pesar de que sabemos que no las sustenta base empírica alguna. Se forman las palabras, pero no alcanzan a cristalizarse cuando abrimos la boca. En el interior hay una voz que grita: “¡Di algo, haz algo!”. Pero no hay nada que hacer y todo lo que parece posible decir, al menos para quien ansía un apaciguamiento que carece de base, no tiene relación con lo que realmente está sucediendo o implica al que habla en la pura fabulación, en una suerte de jerga de niñera. En efecto, nos descubrimos repitiendo una versión poco más refinada del “Ya, ya, todo irá bien”. Pero es mentira. No irá bien… y de algún modo lo sabemos cabalmente, no importa cuánto lo neguemos a los demás o a nosotros mismos, e incluso a pesar de que estemos dispuestos a intubarnos psicológicamente al extremo de que no lo pensemos a las tres de la madrugada.


[Traducción de Aurelio Major]