jueves, septiembre 16, 2010

Sólo dos

¿En qué coño estás metida?
¿Cómo dices?
¿En qué coño estás metida?
Ayer torturaron horriblemente a mi hermano hasta su muerte, soy yo la que quiere explicaciones.
Yo también lo siento mucho, pero sólo hasta donde mi vida es la siguiente en la feria de la muerte.
Eres un imbécil.
El mejor imbécil es el imbécil vivo. Vamos. ¿Te parece normal que por una desaparición de menos de un día de un inconsciente veinteañero hay que buscar ayuda fuera de la policía? ¿es normal que te persiga un todoterreno acorazado cuando vas a comprar bragas? ¿cuántas amigas tuyas conducen con esa frialdad coches de cuatrocientos caballos mientras las tirotean? ¿lo estabas esperando? Vamos.
Carmela responde con dos lágrimas de plata que bajan parsimoniosamente por las huellas que los disgustos de su vida dejaron en su rostro perfecto. Se escurren hacia el borde de su exquisito mentón y se precipitan hasta sus muslos en una caída interminable.

Pedro Sanjuán Blanco, Sólo dos (Inédita)