jueves, agosto 19, 2010

Tres días después de la muerte de Kurt Cobain

Déjame pensar que estabas limpiando la pistola.
¿Qué más da? ¿Qué sé yo de ti, ni de nadie? ¿Qué sé de los hermosos agujeros que hacen las balas?
Hace frío en la calle y no debería, y sinceramente no tengo nada que decir de tu sangre en la moqueta.
Nada mío va a ayudarte y nada tuyo puede acabar conmigo.
Lo negaremos siempre, pero creo que en todas las guerras uno se alegra secretamente de la muerte del otro.


Ray Loriga, Días extraños