viernes, agosto 13, 2010

Bebí...

Bebí otras cuatro o cinco de sus cervezas y pensé en lo injusto que era todo. Un tipo como Raoul podía tener un golpe de suerte y tenerlo solucionado para el resto de la vida. Pero la poesía era un pasatiempo para él. No era asunto de vida o muerte. Todo lo que quería era ver su nombre en una revista. Nunca pasaría hambre por su arte. A mí me quedaban treinta y dos dólares y estaba a punto de empezar a pasar hambre por mi arte.
Me puse a escribir otro relato.

Larry Brown, Amor malo y feroz