Por fin he visto el director's cut de Rebeldes, que para mí ya es una película mítica. Esta nueva versión contiene unos 23 minutos más de metraje. No es ni mejor ni peor que la versión que se estrenó en cines y que todos conocemos: es distinta. Tan distinta que, aunque se incluyen más escenas de corte dramático (en la que los personajes, chicos duros, también lloran), Coppola ha sustituido la emotiva partitura que compuso su padre por temas de Elvis Presley y Van Morrison, entre otros. Eso la hace menos dramática, más rockera y más identificada con la época que retrata. El principio y el final son distintos. También comprendemos mejor los actos de los personajes. Es un placer encontrarse de nuevo con Ponyboy, Dallas o Sodapop. Vista hoy, tantos años después, sigo pensando que el tipo con más carisma del reparto es Matt Dillon. Y, seguramente, el mejor actor del lote. Me pregunto si esta edición saldrá alguna vez en España.
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