Hay dos excusas muy buenas para ver esta película: la interpretación de Carey Mulligan, nominada al Oscar por este trabajo, y a la cual veremos en la secuela de Wall Street; y el guión, fresco y divertido, del escritor Nick Hornby. De hecho, esto último fue lo que me motivó a ir al cine. Esta vez no se basa en ninguna de sus novelas: se trata de un guión original inspirado en las memorias de Lynn Barber. Pero seríamos injustos si no señaláramos el tacto con el que la directora Lone Scherfig cuenta la historia (dirigió la recomendable Wilbur se quiere suicidar) y el toque humorístico que aporta Alfred Molina en su rol de padre de la chica. An Education narra una historia que hemos visto a menudo no en el cine, sino en la vida real: la muchacha que trata de decidir entre continuar sus estudios en la universidad o casarse con un adulto que tiene un trabajo y un buen sueldo y que la mantendrá. Muchas mujeres jodieron su vida por tomar la decisión errónea.
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