Salvaje, irreverente, mordaz, divertido, crudo, sin pelos en la lengua: así es este libro de relatos de Kike Turrón, y muchas cosas más. Todo lo que yo diga ya lo dijo mejor Kutxi Romero en su prólogo on line: que Kike escribe con el hacha, que es un autor muy vivo, que honra el asfalto como se merece. Nos habla de sus experiencias de barrio obrero, de sus curros, de sus pajas, de la muerte, del vecindario y de la necesidad de escapar. La lectura de estos relatos haría que se le cayeran las bragas a esa tribu formada por Antonio Gala, Gustavo Martín Garzo, Ángela Vallvey y demás petardos del gremio de la literatura soporífera. Sólo esos pasajes en los que cuenta algo que todos hemos vivido en la adolescencia (las revistas porno escondidas y las masturbaciones compulsivas con las mujeres de sus páginas) ya merecen la pena: pocas veces encontramos a alguien tan honesto y atrevido. El miércoles conocí, además, a los Kikes (Kike Babas & Kike Turrón) y me parecieron tipos de puta madre. Este libro que se puede encontrar en bares y librerías de Lavapiés y sólo vale 5 euros.
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