jueves, septiembre 27, 2007

El hueco que deja el diablo, de Alexander Kluge

Alexander Kluge dice, en el prólogo a la edición norteamericana de este libro, que escogió 173 narraciones de las 500 que forman el original alemán. La selección norteamericana es la que ha sido traducida aquí. Se trata de un jugoso libro misceláneo en el que el autor ha utilizado un montón de recursos: relatos hiperbreves, diálogos, fotografías, dibujos, citas, notas al pie, explicaciones en cada capítulo, ensayos, anécdotas, entrevistas... Así, el volumen se convierte en una caja de sorpresas en la que no caben los géneros: hay ficción, hay ensayo, hay historia, hay filosofía, hay otras ciencias. Y se habla del diablo a través de sus obras, de sus omisiones y de sus descuidos.

Los temas que maneja Kluge son numerosos: el cine, la catástrofe de Chernóbil, el accidente del Kursk, el regreso de Ulises, el 11-S, la crisis de Oriente Medio, la batalla de Stalingrado, la Alemania nazi, la Ilustración, el espionaje, el cosmos, la casualidad, la guerra del Golfo, Kant, la política, el circo, el amor, el suicidio, etcétera, etcétera. El autor (quien, además, es cineasta) es capaz de salir airoso en cualquier tema que se proponga y en cualquier empeño, y la brevedad de cada narración logra que el libro se vuelva muy ameno.

Sólo encuentro dos objeciones a su lectura. Por un lado, esa abundancia de géneros y de narraciones y de saltos en el tiempo hacen que uno se pierda un poco, sobre todo al principio, en el que nos cuesta acostumbrarnos a pasar del 11-S a los años 30, de un ensayo en tercera persona a un relato ficticio escrito en primera persona, de un seductor del siglo XVII a la hija de Onassis. Por el otro, la abundancia de datos científicos, algo que apasionará a quienes gustan de las ciencias.