viernes, noviembre 04, 2011

Now We Are Sick. Una antología de versos espantosos, de Varios Autores. Edición de Neil Gaiman & Stephen Jones


23 Escalones, una editorial nueva e independiente, ha puesto a la venta una lujosa edición de esta antología, en versión bilingüe, que en su versión española cuenta con magníficas ilustraciones de Irene León Guijarro (me recuerdan un poco a los cómics de 30 días de noche, lo cual es un elogio). La nómina de autores es fabulosa. Cada uno de ellos contribuye con un poema. La mayoría están a medio camino entre lo macabro y lo humorístico, lo que remite al espíritu de los tebeos de Tales from the Crypt. Abajo se puede ver, en la contracubierta, esa lista de escritores, en la que no faltan Alan Moore, Terry Pratchett o Robert Bloch. Os copio el poema de James Herbert:


ESPERANDO…

Así que aquí estoy tendido bajo mi cama
un ojo sobre el reloj
el otro, en algún lugar también cercano
metido en un calcetín maloliente.
Un brazo creo que está en el váter
al lado del limpiador del baño
los dedos fabrican una escobilla
aunque últimamente parecen muy desgastados
una pierna está en el armario
aún dentro de su bota de cuero
la otra es un burlete
protestaría, pero mi lengua está muda.
Una mano se ha convertido en un cenicero
sobre la polvorienta repisa de la chimenea
los dedos retorcidos sostienen los cigarros
(¡Recuerda, son perjudiciales para la salud!)
Mi torso está por ahí, sentado en un sillón de mimbre
sin brazos, sin piernas, sin cabeza, sin vida
¿Pueden imaginar algo más morboso?
Mi corazón también está ausente
igual que el bazo, los riñones y el hígado
a estas alturas espero que ya hayan adivinado
a quién le gusta el estofado de carne.
Supongo que la única bendición
y esto puede haceros pensar
es que aborrecería el olor de la carne podrida
pero mi nariz está en el lavabo.
Así que aquí yace mi cabeza en la oscuridad
escuchando con media oreja
esos gusanos mordisqueando mi cerebro
que me temo pronto detendrán mis pensamientos.
Y aquí viene él, ese enloquecido hombre del hacha
riéndose y burlándose y mirando con lascivia
para armarme de nuevo.
¡Jesús! Esto podría durar años.


[Traducción de Manuel Díaz Noda y María del Sagrario Hernández]