jueves, septiembre 29, 2011

Piercing, de Ryu Murakami


Tras publicar la ambiciosa y monumental Los chicos de las taquillas, en Escalera han vuelto a rescatar otra novela del cañero Ryu Murakami (recordemos: Azul casi transparente, Sopa de miso): Piercing. Se trata de una novela brevísima, con menos ambiciones, centrada sólo en dos o tres personajes, pero no por ello desdeñable sino todo lo contrario. Se merienda de una sentada porque el universo sórdido (sordidez mental: la de los protagonistas) que crea el autor engancha desde el inicio.

Kawashima el protagonista, tiene tendencias psicópatas: una voz, dentro de su cabeza, le dice que apuñale a su bebé, su propio hijo; algo que él rechaza hacer, y por ello quiere buscar a una víctima desconocida y adulta, para matarla y acallar esa voz interior. Pronto topará con Chiaki, una chica a la que tampoco faltan demonios personales. Podríamos afirmar que la propuesta de Murakami consiste en decirnos que, si los cimientos fallan en la infancia, la persona en la que se convierte el niño es irrecuperable. Porque, tanto Chiaki como Kawashima, tuvieron padres que abusaron de ellos y/o los maltrataron. Y de ahí viene todo: las voces, las perversiones… Intensa, morbosa, desasosegante, no defraudará a los lectores de Ryu Murakami, entre los que me cuento. Un trozo: 

Inspirado por un artículo que había leído en una revista y fotocopiado en la biblioteca, Kawashima había decidido comprar un cuchillo, además del punzón. El artículo era sobre una furcia de treinta y dos años que habían encontrado muerta en una habitación de hotel, con el tendón de Aquiles cortado. Un detective anónimo había propuesto esta explicación: “Cuando cortas el tendón de Aquiles, el sonido que hace es tan alto y agudo como el de un disparo. Puede que el asesino lo supiera y le gustara”. Kawashima decidió que antes de perforar el estómago de la víctima con el punzón –o después, si era preciso– le cortaría el tendón de Aquiles. Tenía curiosidad por cómo sonaría exactamente. Y quería ver la expresión en la cara de la mujer cuando esto sucediera.


[Traducción de Ana Lima Lima]