martes, noviembre 24, 2009

Solas

Hace ya tiempo que nos venimos cruzando por los jardines del parque. Y también nos encontramos en los comercios obligatorios. Es ya mayor y viste cuidadosamente, con la limpieza serena que da una edad tranquila y aceptada. Nos mirábamos estos años y no nos decíamos nada. Por timidez.
Pero ayer ella no podía arrastrar el carro de la compra y la ayudé en el trayecto. Y hablamos por fin. En un par de minutos tomó la iniciativa y me contó la película de su vida: una hija muerta, la otra en paro. “Pero me ha dado un nieto. Y me deja criarlo. Estoy loca de contenta”.


Tomás Sánchez Santiago, Los pormenores