de fiesta
copla y olvido
entra como un ácido limón
por la puerta de los ojos
lleva un fardero carrito de compra
sin compra
reconvertido en transportavoces
sujeto por imposibles cuerdas o
cordeles
o cómo coño se llame;
la cosa es
que transporta la voz,
y una musiquilla nostálgica
y hasta popular
que se niega
a ser invisible….inaudible;
curtida por la vida
quebrada por la voz
y un careto: de no me quedan más cojones
que sobrevivir
y esa voz
que no se entiende una mierda.
los nativos que viajan en el suburbano
algunos saben idiomas
pero otros tantos
hacemos de la indiferencia
una jodida tesis.
Gsús Bonilla, Inédito
Hace 12 horas