sábado, mayo 30, 2009

Como una moto. La vida galopante de John Belushi, de Bob Woodward


En el bungalow, [Robert] De Niro apareció desde la parte de atrás por las puertas correderas de cristal. [Cathy] Smith no quiso estrechar su mano. La mirada penetrante y muda de De Niro parecía decir “cuidado, quita de ahí”.
“Sírvete coca”, dijo John [Belushi].
De Niro esnifó algunas rayas sobre la mesa. Encontraba canallesca a Smith y le sorprendió que John estuviera con una mujer así. De Niro también sintió que John iba pasado. No había mucho que decir, y se fue de vuelta a su habitación poco después de las tres.
John dijo entonces que tenía frío y subió la calefacción. “Quiero a todo el mundo fuera”, le dijo a Smith.
[Nelson] Lyon era la única otra persona que quedaba. En dos días y medio, Lyon se había inyectado al menos doce chutes de cocaína y un speedball. Era tarde, y Viviane estaba sola en casa; se sentía podrido y agotado. De algún modo, la velada había sido un aburrimiento, no como las noches de alto voltaje que habían compartido él y John cuando no consumían drogas de aquel modo, cuando John podía hablar, reír y ser mucho más divertido.