viernes, diciembre 14, 2007

Trivial

Masoquista que es uno, pongo un telediario a la hora de cenar. En seguida se me llevan los demonios. Compaginan noticias triviales y noticias que a uno le exasperan. En primer lugar sale Pedro Almodóvar. A mí Almodóvar me cae bien y me gustan algunas de sus películas. Pero ha alcanzado ese punto del famoso (como Britney Spears, como Paris Hilton, como Penélope Cruz) en el que cualquier cosa que diga o haga tal celebridad es relevante, y merecedora de aparecer en todos los noticiarios; aunque se hurgue la nariz. La noticia es la siguiente: Almodóvar ha recopilado un disco que recoge las canciones que han aparecido en sus películas. De verdad, ¿esto es una noticia? Lo digo porque, por si alguien aún no lo sabe, todos los meses aparecen en el mercado antologías o discos recopilatorios de la música de las películas de tal o cual director o de tal o cual actor. Todos los meses: la antología de Julio Medem, la de Quentin Tarantino, las de John Williams, las de Ennio Morricone, las de John Debney, las de Maurice Jarre. Podríamos seguir enumerando hasta completar el artículo y aun así nos faltaría espacio para continuar. Hay discos que incluso recopilan los temas más célebres de los filmes de los actores: de Humphrey Bogart o de Clint Eastwood. La verdadera noticia, sin embargo, la suelta luego Almodóvar, durante la presentación del recopilatorio: su próxima película entrará en breve en preproducción.
Continúa el telediario. Nos informan sobre un calendario de azafatas desnudas. Como sabrán a estas alturas, una de las modas de nuestros días es despelotarse para un calendario benéfico. A mí esto me parece de maravilla por varias razones: desnudarse es un acto de libertad; no veo nada malo en el desnudo, sino todo lo contrario; así todos, hombres y mujeres, podemos disfrutar de los desnudos de ambos sexos, cada cual el género que prefiera; estos calendarios de moda despiertan más nuestro morbo porque en sus páginas sale en cueros gente normal, y con ello me refiero a que no gastan silicona ni les precede la fama. Hasta ahí bien, y además el propósito es recaudar fondos para la beneficencia, lo cual duplica el valor del acto. Pero en la noticia no sólo dicen que las azafatas de no sé dónde se han desnudado para un calendario con causas benéficas, sino que la Federación de Consumidores ha denunciado a la compañía aérea y que al Instituto de la Mujer también le ha parecido mal. Al parecer, y según ellos, el calendario es discriminatorio y ofrece una imagen sexista, y representa a esas mujeres como “objetos sexuales”. En estos tiempos sucede, además, que el desnudo del hombre en la publicidad y en las campañas está bien visto, y cuando ahora lo hace la mujer es sexista, machista o una agresión a su imagen. Ver para creer. ¿Y qué me dicen de los universitarios de Barcelona que también se han desnudado? ¿Y de los bomberos? ¿Y de ese grupo de madres de Salamanca que han salido en paños menores? O los demás colectivos que se han decidido por ese reclamo. Si lo miramos así, todos los calendarios podrían ser considerados discriminatorios. Para colmo, las azafatas ni siquiera están desnudas por completo: salen en bikini. Recomendaría a quienes protesten que se dejen de chorradas, porque en el mundo funcionan peor otros asuntos.
Una noticia trivial, que sobra, y una noticia que me enfureció (siempre hay gente escandalizada por los desnudos femeninos) bastaron para abandonar el telediario, para dejar de verlo. Por cierto: antaño nos censuraban el desnudo por la represión y la dictadura. Hoy lo hacen para ser políticamente correctos y tranquilizar conciencias. Pero el resultado es idéntico: meter tijera, prohibir, censurar.