lunes, marzo 05, 2007

Un catálogo fabuloso

Una de las editoriales cuyo catálogo de novedades compruebo cada semana es Mondadori. En ocasiones, verifico a diario si han editado algo nuevo. A nadie con un mínimo de buen gusto literario le puede sorprender esto: su nómina de títulos es abrumadora y abarca rarezas, jóvenes promesas, clásicos imprescindibles, bombazos contemporáneos e incluso joyas que, por azar, se convierten en best-sellers.
Permitan que enumere algunos de estos títulos, la mayoría de los cuales he conseguido reunir en mi biblioteca: Mondadori ha publicado delicias como “Hogar, dulce hogar”, de Sam Lipsyte; el guión de “Pulp Fiction” escrito por Quentin Tarantino; la monumental “Las asombrosas aventuras de Kavalier y Clay”, de Michael Chabon; los dos únicos libros de Tristan Egolf (joven escritor que se suicidó no hace demasiado); los de Jorge Franco; los relatos de David Means contenidos en “Incendios”; toda la obra traducida del niño prodigio David Foster Wallace (algún día me atreveré con “La broma infinita”, que califican de obra maestra; y digo “me atreveré” porque sus mil doscientas páginas me asustan); dos exquisitos libros de cuentos de Matthew Klam, “Sam el Gato y otros relatos”, y de Arthur Bradford, “¿Quieres ser mi perro?”; algunas obras de los maestros Philip Roth y Cormac McCarthy y la bibliografía completa de Gabriel García Márquez, sin olvidar las obras de J. M. Coetzee, las últimas de Salman Rushdie, las del polémico y marciano Chuck Palahniuk, los dos volúmenes recopilatorios de la selección de la revista McSweeney’s, sin olvidarnos de los nuevos libros de Dave Eggers, Richard Powers, Denis Johnson, David Sedaris, George Saunders, Jonathan Lethem. Hablo de auténticas maravillas de la literatura: lean “Huérfanos de Brooklyn”, lean “Hijo de Dios”, lean “Pastoralia”, lean “Elegía”, lean “Algo supuestamente divertido que nunca volveré a hacer” y “No es país para viejos”. Eso por citar sólo unos cuantos títulos y autores. Quien deteste esta literatura moderna puede optar por los clásicos de Mondadori: Twain, Tolstoi, Dumas, Flaubert, Kipling.
El problema de muchos de los títulos de Mondadori es que, si han vendido pocos ejemplares, en seguida desaparecen de la faz de la tierra. Pero eso sucede con cualquier libro que no arrase, y luego no hay manera de encontrarlo, ni siquiera de segunda mano y en mal estado de conservación. A mí me ha costado horrores dar con libros de esta editorial. Pienso, por ejemplo, en “Los Boys”, de Junot Díaz, o en los de Tristan Egolf, que al final hallé en librerías de viejo. Otros, pasado cierto tiempo, no hay manera de conseguirlos, como tampoco hay manera de verlos reeditados. Me acuerdo ahora de uno de los libros que más horas de pesquisas me han ocupado, a través de la red y a través de mis incursiones por las librerías. Lo editó Mondadori en el noventa y ocho. Se titula “Relatos de Kolymá” y su autor es Varlam Shalamov o Chalamov, como prefieran. Supe de la existencia de dicho libro y dicho escritor ruso por medio de mi amigo David González, poeta que me lo ha recomendado varias veces. Lo curioso es que, si uno busca en Google, topa con cientos de páginas en español en las que escritores y estudiosos alaban el libro y lo califican de lectura fundamental. Shalamov sufrió el encierro en el campo de concentración siberiano de Kolymá. Dieciséis años de GULAG. Al salir, escribió estos breves relatos. Son una joya, pero no logro encontrarlos. Si los pido en el catálogo de una librería, no tardan en comunicarme que el catálogo no está actualizado. Me pregunto por qué no lo reeditan, si es un clásico. La obra original, por cierto, tiene mil setecientas páginas. No ha sido traducida.